El sexo, el nacimiento y la muerte representan los grandes tabúes de hoy en día y a la vez, los grandes misterios donde la vida despliega su sabiduría.
SEXO
Siendo la creación como excelencia lo vivimos o bien con cierto temor/rechazo, o andamos medio obsesionados con ello. El orgasmo, ese momento que nos quedamos sin cabeza y que nos recuerda que nosotros estamos llamados al éxtasis, pero lamentablemente nos perdemos en un placer solo físico y nos olvidamos que la energía se puede expandir y que podemos vivir la sexualidad de una manera mucho más energética y amplia.
NACIMIENTO
Momento de encarnarse en el cuerpo… ¡qué milagro ver a un bebé nacer! Es el despertar de la forma, de lo que significa “ser humano”, aprendiendo a ser dioses dentro de un cuerpo y por tanto aprendiendo a convivir con nuestro ego y con todas las experiencias terrenales que nos trae la vida. Por el contrario, el nacimiento se vive en una postura totalmente anti-natural, y de manera poco comunitaria… parece que nos asusta ver un bebé salir de una vagina…
MUERTE
¡El gran despertar! El Cambio de forma, la gran invitación a soltar la ilusión de la permanencia. Es un lanzarse al vacío a darnos cuenta que no somos nada fijo. Que no somos ni nuestros pensamientos, ni nuestras emociones, ni nuestras identidades y ni tan siquiera nuestro cuerpo. Paradójicamente escondemos la muerte y al muerto en cajas; y en velatorios que esconden en vez de enseñar este misterio.
¿Y cómo reconciliarnos con ellos? Devolviéndoles el espacio espiritual que les corresponde. Empezando por cultivar nuestra mirada hacia una visión más sagrada y acercándonos a ellos de forma más meditativa.
ELMA
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