¿Honras tu cuerpo?
Te dijeron que para ser bella tenías que desprenderte de tus kilos y encajar con el modelo establecido, pero eso duele.
Y luego, te dijeron que la belleza estaba en el interior y que maquillarse o ponerse ropa bonita era un acto superficial y que “estabas tapando algo” (típico de la New Age) … pero eso también duele.
Duele que tu felicidad dependa de tu físico, pero también duele que no puedas honrar, brillar y engrandecer quién estás siendo ahora.
Yo no tengo un cuerpo “10” ni una barriga plana. ¡Tengo culo y celulitis!
Estoy lejos de ser una modelo según los estereotipos de belleza.
No persigo tener una 36 pero si la tuviese tampoco pasaría nada.
Me encanta maquillarme y a la vez puedo salir de casa sin él.
¿Sabes qué? Con el tiempo uno tiene que aprender a amar su cuerpo, con diez kilos de más o con diez quilos de menos. Y es que lo que nos hace sufrir no son los kilos sino la relación que tenemos con ellos. Y quién dice los kilos, dice la forma de tu nariz, de tus nalgas, tu estatura o de toda tu cara. ¡No importa! Nunca importa porque mientras te mires con los ojos de la comparación, podrás tener el mejor de los cuerpos pero tu nunca podrás apreciarlo.