Trucos para vivir cada día mejor
Imagina un vaso de agua, lleno hasta la mitad. El vaso de agua te representa a ti.
Cada día ocurren situaciones que nos provocan emociones que van llenando de agua nuestro vaso. Si seguimos echando agua sin parar y no vaciamos el vaso, llega un momento en que este se desborda. Cada emoción negativa que sentimos es un poco más de agua que echamos en nuestro vaso. Así, es necesario vaciarlo cada noche para empezar el día siguiente con un vaso vacío.
Las emociones negativas que van llenando nuestro vaso, no tienen por qué originarse en situaciones dramáticas, ni en traumas del pasado… todos los días nos ocurren pequeñas cosas que pueden hacernos “cargar la mochila” con emociones negativas: Una discusión con un compañero de trabajo, una llamada de teléfono incómoda, una conversación con alguien que nos resulta desagradable…
Para poder “vaciar” nuestro vaso cada noche, el primer paso es detectar cuáles han sido los pensamientos que nos han llevado a las emociones negativas que hemos sentido durante el día.
Quizás no es sencillo detectar qué pensamientos han ido llenando nuestro vaso durante el día, así que, te proponemos que hagas lo siguiente:
– Piensa en el día de ayer desde la mañana hasta la noche.
– Anota en un cuaderno las situaciones que, durante ese día, te hicieron sentir alguna emoción negativa.
– Revisa cada una de las anotaciones e intenta escribir también el pensamiento que originó esa emoción negativa.
Por ejemplo:
(Situación: Discutí con mi compañera de trabajo Pensamiento: creo que ella debería ser más flexible)
Revisando aquellos pensamientos que te llevan a sentir esas emociones negativas, aprendiendo a gestionarlos, podrás vaciar tu vaso cada noche y empezar un nuevo día partiendo de cero para evitar que el vaso, en algún momento, se desborde.
VACÍATE CADA NOCHE DE EMOCIONES NEGATIVAS