El 80% de las mujeres que pasan por mi consulta por temas de sexualidad vienen a tratarse su falta de apetito sexual.
Actualmente, este es una de las grandes preocupaciones de las mujeres y cada vez más, también de los hombres. Pero ¿Por qué? ¿Por qué se da la falta de deseo sexual?
Hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo y hay que mirarla de manera particular adentrándote en todo su universo y observando sus miles de detalles. No es lo mismo tratar a una mujer que lleva muchos años con su pareja, que a otra que acaba de tener un bebé, o a otra que por ejemplo, está pasando por un mal momento.
Aún así, y recordando que no me gusta ser generalista, voy a anotar algunos factores que pueden condicionar o que son bastante “típicos” en estos casos.
CAUSAS HABITUALES DE LA FALTA DE DESEO SEXUAL
1. ESTRÉS
Si estás pasando por un mal momento; Si en tu cabeza hay mucho ruido, es posible que eso afecte a tus relaciones sexuales.
Puede ser estrés psicológico o emocional. Este ruido puede ser por muchos factores: trabajo, dinero, salud, temas familiares, pareja etc… En realidad, cualquier tipo de preocupación, sea la que sea…
El tema es ver que si la cabeza está entretenida viajando de un sitio a otro, acaba creando una fuerte desconexión en el cuerpo y eso impide estar presente a la hora de mantener relaciones sexuales. Y si además de sentir esas “pocas ganas”, te fuerzas a ello y lo haces por que sientes que “hay que hacerlo” o para que tu pareja no se enfade, puede llegar un momento que tu cuerpo se cierre y hasta puede que llegues a sentir rechazo por el sexo.
2. DESARREGLOS HORMONALES
Puede que tu cuerpo esté pasando por algún cambio: tomas pastillas anti-depresivas, ansiolíticos, te has cambiado las pastillas anticonceptivas, tienes menstruaciones irregulares, embarazo, lactancia, menopausia, etc…
Los cambios hormonales afectan, no es de los casos más habituales pero a veces sí que tiene su parte de influencia.
Tenemos que tener en cuenta, sobre todo en las mujeres, que la libido sexual cambia y tiene ciclos, y ser consciente de ellos nos puede ayudar a vivirlo con menos presión y aceptar la posibilidad de que el deseo pueda ser variable.
3. TU CUERPO NO ESTÁ POLARIZADO
El cuerpo de la mujer y el del hombre energéticamente funcionan de manera diferente.
El hombre tiene más capacidad de conectarse con su fuego a través de sus genitales. La mujer, en cambio, necesita más tiempo, más caricias y más estabilidad emocional para abrirse al sexo.
Son muchas las parejas que vienen a la consulta y que solucionan sus problemas sexuales cuando aprenden a tocar los cuerpos de sus respectivas parejas. Se acaba el “problema”, pues, cuando aprenden a escuchar lo que el cuerpo del otro necesita, cómo conectar con su compañer@, cómo respetar los ritmos que tiene cada uno y cómo hacer que el cuerpo esté los suficientemente abierto, entonces la sexualidad se convierte en un encuentro fluido y celebrativo.
4. NO ESTÁS CON LA PERSONA ADECUADA
Esta es la razón menos agradable y lamentablemente una de las más frecuentes.
Sí, a veces estamos con una maravillosa persona al lado, a veces podemos tener un compañero de hace años al que se le tiene mucho cariño, pero con el que ya no vibras cuando estás con él.
A veces, elegimos personas que no nos mueven mucho porque hacer lo contrario, es decir, irnos con alguien que nos mueve hasta la entrañas, nos pondría tan incómodos, nos daría tanto miedo a sufrir y a que nos rompieran el corazón, que no estamos dispuestos a asumir ese grado de inseguridad. Así que nos quedamos ahí, en lo de siempre, en lo conocido. Son las relaciones cómodas.
Espero que te haya servido.
¡Coméntanos tu caso!
ELMA
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