En este camino de despertar en el que estamos todos, nos encontramos con varios pasos que requiere recordar con el fin de llevar el proceso de una manera más amena:
1. TOMA DE CONTACTO DE QUE SUFRO.
En esta fase nos damos cuenta de la cantidad de pensamientos que tenemos y tomamos consciencia de lo difícil que no resulta estar “aquí”.
Seguro que en esta etapa te has dicho alguna vez eso de que – el ignorante es más feliz.
2. DEJAR DE PELEARME.
En esta fase nos enfadamos cada vez que nos encontramos viajando del pasado al futuro (como si fuese algo que pudieras controlar) y nos frustramos al ver que, una vez tras otra, caemos en los mismo.
Es momento de ser comprensivos, y de darse cuenta de que no hay nada que eliminar sino una mente a comprender.
En esta fase nos enfadamos cada vez que nos encontramos viajando del pasado al futuro (como si fuese algo que pudieras controlar) y nos frustramos al ver que, una vez tras otra, caemos en los mismo.
Es momento de ser comprensivos, y de darse cuenta de que no hay nada que eliminar sino una mente a comprender.
3. OCUPARME.
Esta es la fase más importante dado que a través de cuestionar nuestros pensamientos estresantes podemos experimentar cómo si es posible dejar el sufrimiento atrás y volver a la paz. Es una etapa que hay que cultivar. Como hemos visto antes, los pensamientos no cesan y requiere ir cuestionándolos un poquito cada día. Vivir en esta fase es vivir desde la responsabilidad personal, dejando el victimismo atrás y apostando cada día por una higiene emocional.
ELMA